Una vez, cuando era niña, leí una frase que me pareció terrible: "Era feliz y no lo sabía". Me juré que no iba a pasarme nunca.
Así supe que la vida hay que tomarla como una amiga, bailar con ella, dar, dar sin contar y que después ella te responde... Que había que hacerse cargo de uno mismo, trabajar para sí, aceptar los errores, corregirlos, ponerse en movimiento... Y entonces ella entra al baile. Baila contigo.